El pasado 17 de junio, Luis Miguel Gilpérez, autor del libro «España 5.0″ participó en la jornada Lecturas de Management. Hacia un nuevo modelo de reindustrialización», organizada por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD).
Con motivo de su participación en esta jornada, publicamos esta entrevista en la que Gilpérez aborda la importancia de la digitalización, las herramientas necesarias para acelerar el proceso de digitalización y qué debemos hacer para alcanzar la España continua 2025.
Entrevista a Luis Miguel Gilpérez realizada por Estela Martín, Linkedin Top Voices España 2020:
P: ¿Qué herramientas se necesitan para acelerar el proceso de digitalización?
Luis Miguel Gilpérez: La digitalización de nuestro país, de nuestras empresas, de todas las personas es algo de una gran envergadura, que por un lado precisa de que cada uno de los actores involucrados dispongan de las soluciones tecnológicas más adecuadas a su casuística particular.
Por un lado, cada uno de ellos deben rediseñar todos sus procesos, tanto técnicos como comerciales, haciéndolos más simples y aprovechando ese rediseño para eliminar actividades manuales de bajo valor.
Eso permitirá aprovechar al máximo las nuevas soluciones tecnológicas que permiten realizar actividades desde cualquier punto gracias a las redes de comunicaciones de altísima velocidad (fibra y 5G), será factible automatizar tareas avanzando a la siguiente etapa de virtualización y automatización inteligente de procesos (IPA, Intelligent Process Automation), se abren nuevas fronteras a la programación, con un recorrido que llega hasta las soluciones Low Code, aquellas que permiten construir aplicaciones y sistemas sin necesidad de conocimientos exhaustivos de desarrollo software.
También es importante la versatilidad y nuevos servicios que permitirá la sensorización de todas las cosas (Internet of Everything) ofreciendo más información que podrá ser tratada en tiempo real añadiendo más valor al conjunto.
Y entre todas estas tecnologías, destacaría en estos momentos aquellas que nos van a permitir explorar todo el potencial de los datos, la Inteligencia Artificial (IA) en cualquiera de sus distintas vertientes (Machine Learning, Deep Learning,…)
La IA libera a los equipos de actividades que se pueden automatizar y permite crear nuevos servicios enriquecidos que serán de gran valor para toda la sociedad. Eso sí, para que todo esto funcione será necesario asegurar la calidad del dato, es decir, es mejor tener pocos pero buenos datos (fiables, trazables, con históricos, etiquetados, etc.) que muchos pero de mala calidad.
Y, por supuesto, no hay que olvidar que en este entorno globalmente conectado la seguridad, privacidad y protección de los datos serán críticas, siendo muy relevante que todos ellos hagan análisis de riesgos de cada iniciativa que lleve a cabo.
Por último, recordar la importancia que tiene el definir unos indicadores, KPIs, medirlos periódicamente y así seguir el avance de la digitalización, de nada sirve tener buenas herramientas si no se usan.
P: ¿Qué tenemos que hacer hoy para alcanzar la España continua 2025?
LM.G: Sabemos que aquellas regiones cuyo sector industrial tiene un mayor peso en el PIB son las que mejor afrontan periodos de crisis pues tienen mayores capacidades para poder satisfacer demandas cambiantes a la ver que dependen menos de terceros. Y esto lo hemos visto ratificado durante la pandemia vivida, pues aquellas regiones cuya industria tiene un peso superior al 15% en el PIB han tenido menor impacto en la destrucción de empleo, se contenido la caída del poder adquisitivo y han iniciado antes la senda de la recuperación.
Por ello, para alcanzar la España continua en 2025 es necesario apostar por aquellas zonas que tienen recorrido de crecimiento, y que además lo pueden hacer de manera sostenible.
En España podríamos empezar creando 100 polos de riqueza en aquellas ciudades de entre 50 y 100mil habitantes que presentan condiciones óptimas de crecimiento con eficiencia. Debemos pasar de la situación actual en la que el 80% de la población se concentra en apenas el 10% de los municipios.
A ello hay que sumar otras iniciativas que ayuden a disminuir la brecha digital que desde siempre existe entre en entorno urbano y el rural. Hay que fomentar la capacitación de las personas en competencias digitales, al menos básicas, para que los casi 15pp de diferencia que hay en estos momentos se reduzcan de manera acelerada.
Para ello será necesario la apuesta por el desarrollo de nuevas infraestructuras digitales y de nuevas fuentes de energía renovables en dichas áreas, pues serán críticas para fortalecer el sector productivo industrial.
P: ¿Cuáles son las principales barreras que hay que superar para conseguir una España realmente tecnológica en 2025?
LM.G.: La crisis ha demostrado que España tiene unas infraestructuras digitales, especialmente sus redes de comunicación de fibra óptica, que han sido un referente en Europa y resto del mundo.
Somos un país con un talento de primer nivel, reconocido internacionalmente como por ejemplo en el Índice Global de Competitividad en Talento (Global Talent Competitiveness Index) donde nuestro España tiene una muy buena puntuación por ejemplo en estudiantes en educación superior, algo que valoran mucho las empresas extranjeras, lo que nos permite ocupar la sexta posición.
Por tanto, tenemos las capacidades y el conocimiento, pero para sobresalir debemos dar un paso más, hacer una apuesta más fuerte en la que saquemos todo el partido a nuestra experiencia y talento.
El principal reto que tenemos es desarrollar esas palancas tecnológicas que contribuyan el crecimiento sostenible de nuestra economía, es decir, conseguir una España Tecnológica e Industrial.
De todo el tejido productivo de nuestra economía, en una primera fase es conveniente centrarse en pocos sectores que concentren más del 50-60 % del PIB. Obviamente, se pueden sumar más sectores, pero debemos empezar con foco, con objetivos alcanzables a corto, en estos diez “sectores fuerza”.
Debido a la interacción entre ellos que se propicia gracias a la tecnología y los negocios, actuarán como elementos dinamizadores del resto de la economía.
Otro aspecto clave es que haya iniciativas transversales que contribuyan a que toda la población tenga unas capacidades digitales, al menos básicas. La formación a todos los niveles, desde jóvenes a mayores será un aspecto crítico.
La siguiente barrera por superar es lograr un efecto multiplicador multisectorial, situando estos centros de competencia de manera distribuida acorde en una España continua, apoyándose en todos los activos de valor del país. Serán hub de conocimiento y compartición de buenas prácticas, con el mejor talento allí donde este se encuentre.
Que supongan un claro impulso hacia una España digital punta a punta. Que cuenten con un gran grado de imbricación en el tejido industrial y que nos sirvan como foco en la ejecución a corto plazo pensando en impacto a medio y largo plazo de todos estos proyectos reanimadores de nuestra economía. Y lo más importante para evitar la desindustrialización del país: no debemos perder el control de nuestras empresas estratégicas porque será el fin de nuestra economía productiva.
P: Uno de los problemas en cuanto al talento es que faltan muchos más emprendedores. ¿Cómo podría revertirse esta situación? ¿A qué se debe la falta de profesionales que se atrevan a emprender?
LM.G.: Como decía antes, tenemos un gran talento en nuestro país, muy valorado que, sin embargo se ve penalizado por algunos aspectos en los que debemos mejorar como nuestro marco laboral, el elevado número de universitarios desempleados, poca capacidad para atraer y retener talento, etc.
Para retener este talento debemos desarrollar de manera efectiva los ejes transformadores que describimos creando un tejido productivo, innovador, atractivo que ofrezca buenas oportunidades de crecimiento y desarrollo profesional.
Para facilitar el emprendimiento, algo que debemos sin duda impulsar, no solo hay que incrementar la inversión en I+D+i y ciencia.
La menor tasa de emprendimiento en nuestro país frente a otros del globo está principalmente en todo lo que nos queda por hacer para facilitar la tarea de emprender, de crear esa empresa, por ejemplo disminuyendo las trabas administrativas pues mientras que en algunos países puedes tener montada tu empresa en 2-3 pasos aquí ese numero se multiplica significativamente. Eso supone perdida de ventaja competitiva, somos más lentos y encima con mayores costes de arranque, justo cuando en esa etapa inicial la empresa no tiene el flujo de caja necesario para afrontar ese deseado crecimiento inicial, pudiendo llegar a “morir de éxito”.
Por otro lado, pasos como el de la futura Ley de Startups (el Consejo de Ministros aprobó el pasado 6 de julio el informe del Anteproyecto de Ley de fomento del ecosistema de las empresas emergentes) van en la buena dirección para facilitar en España el emprendimiento y que no sea una cosa de héroes y suerte.
También hay que crear el entorno adecuado que incentive a nuestras buenas empresas que sacaron muchas de sus actividades fuera de España a que regresen (reshoring). Y hay que favorecer la internacionalización de nuestras empresas. Tenemos muchas cosas que hacer, y hay que empezar ya.